domingo, 30 de abril de 2017

La Salud en los Médicos

Hace unos años, en una Charla sobre Factores de Riesgo en Cardiología la que asistí, un Cardiólogo comentó: ...Ustedes pueden me ven un tanto excedido de peso, por eso es importante que el paciente entienda que: debe hacer lo que dice su médico, no lo que hace su médico... Los médicos somos tan humanos como todos. 

Hasta ahora no he logrado encontrar reportes chilenos sobre el estado de Salud de los médicos. La apreciación general es que nuestro comportamiento y vida cotidiana no incluye pensar en los factores de riesgo o de prevención que enseñamos a nuestros Estudiantes o Pacientes; y así, al final de nuestras vidas sufrimos las mismas enfermedades que todos.

En un estudio de Lancet del 2009 (Lancet 2009; 374: 1714–21) se analiza estos aspectos de manera relevante. Resumo parte de este artículo:

La actividad médica es estresante para muchos médicos. Estudios extranjeros informan que el 64% de los médicos considera que su carga laboral es demasiado pesada mientras que el 48% ha tenido un aumento en su carga de trabajo en los últimos años. Por otra parte, las encuestas coinciden en documentar que los médicos trabajan muchas horas, un promedio de 50-60 horas por semana, cuando no están de guardia. Cuando los médicos trabajan en turnos de más de 24 hs, la fatiga resultante se asocia con consecuencias negativas para ellos, tanto desde el punto de vista personal como profesional.  

Tienen mayor riesgo de “burnout”, de lesiones por accidentes laborales (ejemplo: con agujas percutáneas) y de accidentes automovilísticos o incidentes más o menos parecidos al volver a su casa. 

Más allá de los efectos de la carga laboral y la fatiga, los médicos podrían estar afectados por otros factores de estrés específicos de la medicina. Por ejemplo, los médicos que trabajan en situaciones de carga emocional asociada con sufrimiento, temor, fracaso y muerte, y que a menudo culminan en difíciles relaciones con los pacientes, las familias y el personal médico, Por otra parte, el exceso de demandas cognitivas provocadas por la necesidad de un rápido procesamiento de la cantidad abrumadora de información durante largos períodos afectan negativamente la calidad laboral. Asimismo, los cambios recientes y rápidos en la práctica de la medicina—mayor demanda asistencial, cuestiones relacionadas con la remuneración, la burocracia que cada vez acompaña más a la práctica de la medicina, una mayor responsabilidad y conflictos entre las necesidades de la organización y de los pacientes—representan posibles amenazas para el bienestar del médico. 

Los médicos consideran que las restricciones organizativas (Institucionales)  influyen en sus decisiones y autonomía, danto lugar a menudo a una mayor insatisfacción laboral y al estrés. Del mismo modo, el aumento del control de la atención médica en países como EE.UU. e Israel ha preocupado a los médicos en cuanto a la disminución de la calidad de la atención bajo esas condiciones, lo que al mismo tiempo reduce sus ingresos y autonomía.

La carga laboral excesiva, el estrés laboral crónico y la carga de la autonomía restringida provocan mayor incidencia de estrés y agotamiento (“burnout”) del médico. En un estudio, el 46% de los encuestados afirma que la práctica de la medicina es muy o extremadamente estresante. Cohen y Patten registraron que el 17% de los médicos residentes calificaron su salud mental como regular o mala, lo que supera al doble de la cantidad hallada en la población general. El “burnout” parece ser común en los médicos, afectando a aproximadamente al 25 al 60% de ellos y hasta al 75% en algunos estudios. Los períodos largos de trabajo excesivo, el estrés y el agotamiento podrían tener consecuencias graves para el bienestar individual de los médicos (abuso de sustancias, problemas de relación, depresión o, incluso la muerte). Sin embargo, las estadísticas sobre prevalencia de salud mental y emocional de los médicos varían sustancialmente debido a que los indicadores de bienestar son difíciles de cuantificar y calcular.

Algunos estudios han documentado claramente que los médicos tienen mayor estrés laboral y angustia emocional que la población general. Otros estudios reportan que los médicos tienen un grado de bienestar similar al de la población general, pero que la depresión es mayor en las actividades médicas, los estudiantes de medicina y los médicos residentes. Se calcula que las tasas de suicidio entre los médicos es 6 veces mayor a la de población general, la mortalidad cardiovascular es mayor que la media, y en cerca del 8 al 12% del total de los médicos asistenciales se pronostica el desarrollo de un trastorno por abuso de sustancias en algún momento de su carrera. 

Independientemente de si el estrés del médico es similar al de la población en general o si la mayoría de los médicos es feliz, es importante tener en cuenta el efecto potencialmente nocivo del estrés laboral sobre el bienestar del médico.



He mencionado el "bournuot", por lo que comento brevemente: Entre las enfermedades profesionales asociadas al estrés, es posible distinguir un síndrome con características particulares, llamado “Burnout” (BO) o Síndrome de Quemarse por el Trabajo o Quedar Consumido. Este se tiende a presentar mayormente en aquellos profesionales que prestan servicio directo a personas. En general los más vulnerables a padecer el síndrome son aquellos profesionales que se caracterizan por un buen desempeño, son comprometidos con su trabajo y tienen expectativas altas sobre las metas que se proponen.

Este síndrome es conocido por afectar hasta el 70% de los médicos y residentes de las áreas de la Salud. A menudo conduce a un aumento de los niveles de estrés, depresión, insatisfacción laboral, y , en general menor calidad de vida. Los efectos del agotamiento pueden ser desastrosos y muchos han encontrado que el grado de este desgaste es alarmante y crítico en los estudiantes de medicina (link2, link3).

En Cirugía, hay estudios principalmente enfocados a "situaciones agudas" o complicaciones. Si bien estas son relevantes, es un abordaje insuficiente. Las emociones de los cirujanos (incluyendo ansiedad, miedo, angustia, culpa y rendición de cuentas) ocurren incluso en ausencia de un evento adverso e impregnan la relación de los cirujanos con pacientes, familias o colegas. Parece que las estrategias de afrontamiento que usan los cirujanos ante el estrés laboral formarían parte de una red estructurada, a aprendida de manera informal de sus pares o maestros.

La profesión de la Cirugía obliga al médico a experimentar de manera simultánea un Acto que podría, tanto salvar como matar a un paciente, un órgano o una función. Esta paradoja hace presente la omnipresente palabra que más temen los cirujanos: la "Complicación". Esta se ubica de manera contínua en la Vida de los Cirujanos, o especialidades quirúrgicas, y probablemente no tiene comparación con otras profesiones.

La constante exposición a emociones (reconocidas o no) abre el camino para el agotamiento emocional. El distanciamiento, a través de la actividad técnica es una forma de desconectar o deshumanizar, y, por tanto de despersonalización. Realizando la cirugía con subjetividad (sin protocolos) y presentándose como el único actor responsable de su resultado implica, entre otras cosas, un riesgo innato de fracaso. Los tres síntomas de estrés son: agotamiento emocional, despersonalización y la sensación de un bajo logro personal (link4).

En las diversas caras de la Medicina, por ejemplo en sus distintas especialidades, existen reportes sobre el estrés asociado a esos ámbitos, por ejemplo: terapias oncológicas, psiquiátricas, pediatría, atención de urgencia, labores administrativas complejas, etc. Probablemente aquellos factores comunes son siempre una dedicación exigente a los logros laborales y muchas horas de dedicación al trabajo. En desmedro de actividades familiares, de ocio, actividad física, etc. ¿Suena conocido?. Si, es lo mismo que le pedimos que cambien a los Pacientes.